Dune: Capataz Iblis Ginjo

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El conquistado planeta Tierra parecia ser un vertedero para los grandiosos monumentos que celebraban las glorias ficticias de los Titanes. El capataz de la cuadrilla, que paseaba sobre una plataforma de madera elevada, contemplaba otro enorme proyecto en construccion, diseñado por la imaginacion engreida de los cimeks. Su gente eran buenos trabajadores, dedicados en cuerpo y alma a el, pero el proyecto se le antojaba absurdo.

Iblis Ginjo, uno de los humanos mas respetados de la Tierra, se tomaba su trabajo muy en serio. Estudio al grupo de esclavos que iban de un lado a otro. Les habia convencido que fueran entusiastas, ganandoselos mediante frases bien elegidas y recompensas. Iblis tenia que asegurarse de que funcionara bien, al menos bajo su control.

Erasmo, el excentrico e independiente robot, habia dado orden de inspeccionar a los esclavos hrethgir capturados en Giedi Prime, en particular cualquier humano que mostrara cualidades de liderazgo. Iblis estaria alerta al descubrimiento del candidato adecuado… sin atraer la atencion sobre si mismo. Capaz de hacer trabajar a su cuadrillas que cualquier otro capataz, conocia las mejores herramientas e incentivos, la manipulacion de las promesas antes que las amenazas. Comida, dias de descanso, servicios sexuales proporcionados por escalvas en edad fertil… otros capataces se decantaban por las privaciones y la tortura, que Iblis consideraba un desperdicio.

Habia ascendido gracias a la fuerza de su personalidad y la fidelidad que le mostraban los esclavos. Las maquinas intuian su capacidad innata, de modo que Omnius le concedia libertad para trabajar a su antojo… Iblis conto media docena de monolitos que rodeaban al Foro, y cada pedestal sostenia la estatua gigantesca de uno de los Veinte Titanes como Tlaloc, Barbarroja… Estatuas y fachadas para edificios vacios e inutiles. Ahora, una inmensa reproduccion de Ajax ocuparia el siguiente. Iblis esperaba que el impaciente titan estuviera acosando a otros individuos indefensos y les dejara trabajar en paz…

Iblis Ginjo odiaba a las maquinas, pero ocultaba sus sentimientos con tal eficacia que sus superiores confiaban en el. Cada pocos dias improvisaba un discurso, que los esclavos solian vitorear. Por un momento imagino la destruccion de la supermente, y que el ocupaba su lugar. Mucho mas que un simple esclavo humano de confianza. Menuda perspectiva: Iblis Ginjo, dueño y señor absoluto de todo!…

Diviso con sus ojos penetrantes a un hombre apoyado contra una pared a la sombra, que se estaba tomando un descanso no autorizado. Con una sonrisa, apunto al hombre con un arma «estimulante» y rozo su pierna izquierda, que hizo levantar la vista hacia el. -Intentas dejarme en mal lugar?. Y si Ajax apareciera de repente y te encontrara dormitando?. A quien mataria primero, a ti o a mi?.

«La Yihad Butleriana», de B.Herbert y K.J.Anderson

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